El poder de la narrativa personal

El poder de la narrativa personal

Siempre he estado familiarizado con el concepto de narrativa.

Tiene sentido si consideras que durante casi una década, he estado involucrado en 'ventas' de una forma u otra, y gran parte de hacerlo bien significa construir la narrativa adecuada para guiar a las personas hacia tu resultado deseado. Así que esta idea de moldear la narrativa a mi favor ha estado dando vueltas en mi cabeza desde hace muchos años ya.

Fundar una empresa significa que estarás haciendo 'ventas' prácticamente todo el tiempo—ya sea presentando tu producto a clientes potenciales, convenciendo a personas talentosas para que se unan a tu equipo, o estableciendo alianzas potenciales con otras empresas. Todo es 'ventas', aunque no coincida con el estereotipo de algún vendedor insistente tratando de venderte una minivan para alcanzar su objetivo mensual.

En otras palabras, las ventas dependen en gran medida de controlar la narrativa—algo que la mayoría de nosotros hemos aprendido si alguna vez hemos intentado convencer a alguien de algo.

Pero desde el año pasado, a través de algunas conversaciones interesantes, mi comprensión del concepto de narrativa se ha expandido significativamente, quizás incluso transformado por completo.

Como lo veo ahora, la narrativa es la historia que nos contamos a nosotros mismos (y a los demás) todos los días sobre practicamente cualquier cosa—y es mucho más importante de lo que parece.

Esta es la situación: los humanos amamos las historias, incluso cuando esto puede jugar en nuestra contra. Esta preferencia por la narrativa está tan profundamente arraigada que constantemente afecta nuestro juicio. Los estudios muestran que a menudo creemos que los eventos futuros son más probables cuando vienen con una historia específica adjunta, incluso cuando eso en realidad los hace menos probables. Como cuando la gente califica "esta empresa tendrá éxito porque el fundador trabajó previamente en Apple" como más probable que simplemente "esta empresa tendrá éxito"—a pesar de que la primera es un subconjunto de la segunda.

Estos ejemplos revelan algo fundamental sobre la psicología humana: las narrativas no solo nos entretienen—fundamentalmente dan forma a cómo percibimos la realidad.

Quizás estés pensando que esta conclusión parece bastante obvia—algo que ya habías descubierto por ti mismo. Pero hay más:

La mayor revelación que he tenido es que, aunque somos conscientes de cómo las narrativas influyen en los demás, rara vez prestamos atención a la narrativa más poderosa de todas—la que constantemente nos contamos sobre quiénes somos, de qué somos capaces, y cual es nuestro lugar en el mundo.

Esta es nuestra narrativa personal—cómo nos vemos formando parte de el mundo.

Piénsalo: cuando hacemos algo que podría no verse bien ante los demás, inmediatamente lo empaquetamos en una narrativa que nos hace quedar mejor: "Hice X por Y, ya que de lo contrario Z habría sucedido, así que X fue claramente la mejor opción". Si prestas atención, esto es algo que comunmente todos hacemos.

Pero rara vez nos tomamos el tiempo para pensar conscientemente sobre la narrativa que nos estamos contando a nosotros mismos cada día sobre quiénes somos y nuestro lugar en el mundo.

La mayoría de las veces, esa narrativa se forma a partir de una mezcla de (1) lo que otros nos dicen, (2) lo que nuestra cultura típicamente impulsa, y (3) cómo reaccionamos a esas influencias.

Pasamos horas perfeccionando nuestro discurso para una entrevista de trabajo y preparando las palabras correctas para explicar nuestras decisiones amorosas a la familia en la cena de Navidad, pero rara vez ponemos el mismo esfuerzo en la historia que nos contamos a nosotros mismos.

Esta distinción es muy importante. Moldeamos activamente narrativas para cosas externas pero aceptamos pasivamente la narrativa más importante—la de nosotros mismos—de lo que sea que nos rodea. Este punto ciego es particularmente peligroso porque significa que estamos permitiendo que la fuerza más influyente en nuestras vidas sea moldeada por defecto en lugar de por diseño.

Las consecuencias de aceptar pasivamente tu narrativa personal se extienden a cada aspecto de tu vida. Esta narrativa impulsa todotus acciones, tus reacciones, tu autoestima, y tu sentido de propósito. Si tu historia interna es limitante o negativa, probablemente te estás obstaculizando sin siquiera darte cuenta.

Echa un vistazo a estos ejemplos:

Narrativa limitante: "Esta persona que acabo de conocer es increíble, pero es súper exitosa y tiene una vida establecida con una gran carrera y círculo social. Probablemente no soy suficiente para que me considere seriamente como pareja, así que tal vez debería seguir buscando a alguien más a mi nivel actual"

Alternativa: "Esta persona que acabo de conocer es increíble. Haré preguntas reflexivas sobre su trayectoria, aplicaré esos conocimientos para acelerar mi propio crecimiento personal y profesional, y mostraré mi excepcional capacidad para evolucionar. Tomaré ese curso avanzado, leeré los libros clave en su campo, y demostraré lo rápido que puedo desarrollarme. ¡Me encanta cómo esta relación puede impulsarme a crecer!"

Narrativa limitante: "Mis padres siempre me advirtieron sobre el fracaso basándose en lo que le pasó al restaurante de mi tío, así que he actuado de manera segura y he evitado completamente iniciar mi propio negocio, a pesar de que desde hace años me gustaria hacerlo. Cada vez que considero renunciar, escucho la voz de mi padre diciendo '¿Recuerdas lo que le pasó al tío Miguel?' y termino quedándome en este trabajo por otro año"

Alternativa: "Las advertencias de mis padres sobre el fracaso del restaurante de mi tío Miguel me enseñaron valiosas lecciones importantes sobre los riesgos en un negocio, pero estoy usando esas lecciones como aprendizajes en lugar de como razones para nunca intentarlo. ¡He pasado seis meses investigando el mercado, construyendo relaciones con proveedores y creando un modelo de negocio del que estoy bastante seguro que puede funcionar!"

Estas narrativas contrastantes demuestran cómo la misma situación puede conducir a resultados drásticamente diferentes basados únicamente en nuestro marco interno.

Piensa en cuántas veces has evitado oportunidades porque tu historia interna las catalogaba como "no para ti" o "demasiado arriesgadas". O cuán a menudo has justificado no perseguir algo debido a alguna historia que te has estado contando.

No estoy diciendo que siempre deberías optimizar para buscar 'más' o ignorar tus sentimientos de tristeza o desafío. Más bien, creo que debes recordar que cualquier narrativa que te estés contando es subjetiva, y si no te gusta, siempre tienes la opción de cambiarla.

Tus valores y metas definen lo que quieres, y es importante alinear tu narrativa con esos deseos en lugar de dejar que tu historia sea escrita por otros o por eventos externos aleatorios.

Tratando de dar contexto a todo esto, compartiré una breve historia sobre algo que me sucedió en el pasado y cómo terminó enseñándome esta lección:

Hace un tiempo, una empresa con la que habiamos tenido un partnership por muchos años, de repente pareció dejar de valorar nuestra relación sin una razón clara. Sin objetivo aparente, se distanciaron y comenzaron a tomar decisiones que impactaban negativamente a nuestra empresa.

Al principio, estaba confundido y triste porque no había una explicación obvia. Después de varios intentos de dialogar, me enteré de que la mayoría del personal de la empresa había cambiado, y la nueva dirección quería un rumbo diferente.

Hablamos con nuestros contactos anteriores, quienes básicamente dijeron: "Lo sentimos, ya no estamos a cargo—tendrás que lidiar con la nueva gente". Fue algo decepcionante.

Durante unos 2-3 días después de eso, me sentí bastante decaído y desmotivado. Habíamos sido socios durante años y a menudo íbamos más allá para ayudarlos. Parecía una locura que todo pudiera cambiar de la noche a la mañana cuando ambos nos estábamos beneficiando tanto de este partnership.

Más tarde esa semana, me tomé unas horas para pensar en lo que sucedió y qué podía aprender de ello. Tomé una decisión deliberada de transformar mi perspectiva por completo.

Cambié mi pensamiento de:

"Estamos en esta situación negativa porque uno de nuestros partners externos cambió repentinamente de dirección y afectó nuestro negocio de la noche a la mañana, ¡qué mal de su parte!"

a:

"Este es el evento que afortunadamente nos enseñó que es una mala decisión de negocio depender tanto de partners externos, y gracias a esto, estamos reestructurando nuestro negocio para evitar eso en el futuro y salir de este problema más fortalecidos"

En lugar de jugar a ser la víctima, reformulé la situación como la lección que necesitábamos para mejorar. Con esta nueva energía, creé un plan, lo compartí con el equipo, y nuestra situación mejoró rápidamente.

Desde entonces, cada vez que me sorprendo construyendo una historia en mi cabeza sobre cualquier situación importante, me pregunto: "¿Esta historia me sirve? ¿Me acerca a donde quiero estar?". Una narrativa te sirve cuando aumenta tu capacidad de acción, expande tus opciones y se alinea con tus valores y objetivos fundamentales—no cuando solo te hace sentir mejor momentáneamente. Si ese no es el caso, debemos cambiarla.

Quizás te estes cuestionando si este enfoque significa negarse a aceptar la realidad "tal como es" y ver solo aquello que es conveniente. Es una preocupación válida, pero creo que la mayoría de nosotros podemos distinguir claramente dónde trazar la línea.

Además, la realidad "tal como es" rara vez es objetiva de todos modos.

Cada vez que interpretamos una situación, la estamos filtrando a través de nuestra cultura, las opiniones de otras personas, las películas que vemos, los libros que leemos, las historias que hemos escuchado, etc.—todas influencias subjetivas que rara vez se acercan a la verdadera 'objetividad'.

Dos personas pueden experimentar exactamente el mismo evento y sin embargo, concluir con interpretaciones completamente diferentes de lo que sucedió. Dado que la objetividad total es prácticamente imposible de todos modos, tiene más sentido centrarse en crear narrativas que nos potencien en lugar de limitarnos.

Dado que inevitablemente construiremos una narrativa personal sobre nuestro lugar en el mundo—y esto sucederá, independientemente de si es un acto consciente o no—lo más inteligente es asegurarnos de que esa narrativa trabaje para nosotros, no contra nosotros.

La próxima vez que te sorprendas creando una historia sobre quién eres y tu lugar en el mundo, recuerda: eres el autor, y puedes escribir una historia que te potencie en vez de limitarte.

Autor - Mauro Sicard
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Mauro Sicard

CEO y Director Creativo de BRIX Agency. Mis principales intereses son la tecnología, la ciencia y la filosofía.

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