En los últimos años el concepto de NPC ha pasado de ser exclusivamente conocido en la industria de los videojuegos a volverse un concepto mainstream en la sociedad.
NPC viene del término non-playable character —personaje no jugable— en los videojuegos, o extrapolado al significado en la vida cotidiana, se utiliza para describir a personas que parecen seguir un guion preestablecido, mostrando poca autonomía o agencia individual.
Por otra parte, si empleamos la teoría de la simulación como modelo del mundo, podríamos definir a un NPC como un individuo con un menor ancho de banda de procesamiento, lo que resulta en comportamientos altamente predecibles, monótonos y preestablecidos.
En caso de que efectivamente nos encontráramos en un universo simulado, podríamos diferenciar categóricamente y cualitativamente a un individuo NPC de un individuo no NPC, pero al no tener certeza total de este ser el caso, sería cuestionable bajo muchos marcos éticos referirnos a una persona de esta manera.
Como nota introductoria final, si detectas un sentimiento de enojo o disgusto al estar leyendo esto, te invito a que en tu mente cambies el título Autorreflexión: ¿Estoy comportandome como un NPC? por ¿Cómo identificar si debería ejercer mayor autoridad, responsabilidad y autonomía sobre mi vida? — Recuerda que el objetivo de este muy breve artículo no es ser ofensivo o apuntar a nadie, sino todo lo contrario, plantar una pequeña semilla para impulsar a las personas a tomar mayor agencia personal sobre su propia vida.
Y un bonus final... Me molesto y niego estos puntos cuando me veo reflejado/a en ellos.
Cambiar estos hábitos y comportamientos requiere tiempo y esfuerzo, pero las recompensas ciertamente valen la pena.
Todos caemos en alguno de estos comportamientos en mayor o menor grado, y es algo normal, pero ser conscientes de ello y tratar de inclinar la balanza hacia lo menor posible nos permite iniciar el camino hacia una vida más consciente y significativa.