Autorreflexión: ¿Estoy comportándome como un NPC?

Autorreflexión: ¿Estoy comportándome como un NPC?

En los últimos años el concepto de NPC ha pasado de ser exclusivamente conocido en la industria de los videojuegos a volverse un concepto mainstream en la sociedad.

NPC viene del término non-playable character —personaje no jugable— en los videojuegos, o extrapolado al significado en la vida cotidiana, se utiliza para describir a personas que parecen seguir un guion preestablecido, mostrando poca autonomía o agencia individual.

NPCs bajo la teoría de la simulación

Por otra parte, si empleamos la teoría de la simulación como modelo del mundo, podríamos definir a un NPC como un individuo con un menor ancho de banda de procesamiento, lo que resulta en comportamientos altamente predecibles, monótonos y preestablecidos.

En caso de que efectivamente nos encontráramos en un universo simulado, podríamos diferenciar categóricamente y cualitativamente a un individuo NPC de un individuo no NPC, pero al no tener certeza total de este ser el caso, sería cuestionable bajo muchos marcos éticos referirnos a una persona de esta manera.

Antes de comenzar

Como nota introductoria final, si detectas un sentimiento de enojo o disgusto al estar leyendo esto, te invito a que en tu mente cambies el título Autorreflexión: ¿Estoy comportandome como un NPC? por ¿Cómo identificar si debería ejercer mayor autoridad, responsabilidad y autonomía sobre mi vida? — Recuerda que el objetivo de este muy breve artículo no es ser ofensivo o apuntar a nadie, sino todo lo contrario, plantar una pequeña semilla para impulsar a las personas a tomar mayor agencia personal sobre su propia vida.

13 puntos para identificar si soy un NPC

  1. Nunca cuestiono si la información en la que creo representa de manera precisa la realidad del mundo en el que vivo.
  2. Nunca cambio mi perspectiva a pesar de recibir información concluyente de que estoy equivocado/a.
  3. Muestro poca (o nula) curiosidad o interés por aprender cosas nuevas.
  4. Mis conversaciones giran mayormente en torno a temas triviales o superficiales en vez de ideas abstractas, profundas o existenciales.
  5. Sigo las modas y tendencias sin cuestionar si realmente me representan.
  6. Muestro poca (o nula) introspección o autoconocimiento sobre mis motivaciones, objetivos y/o deseos en la vida.
  7. Tiendo a tomar decisiones basándome más (o totalmente) en lo que otros esperan que haga que en mis propias convicciones u objetivos.
  8. Mis emociones dictan todas mis decisiones, ignorando el análisis lógico de las consecuencias.
  9. Evito asumir responsabilidad por mis acciones y prefiero culpar a factores externos por mis problemas.
  10. Sigo ciegamente normas sociales y culturales sin cuestionar su validez o relevancia para mi vida personal.
  11. Me siento incómodo/a con cualquier cambio y prefiero que mi vida siga igual, aunque eso implique no ser feliz.
  12. Paso la mayor parte (o el total) de mi tiempo libre en actividades pasivas, como ver televisión o navegar en redes sociales, sin involucrarme en actividades enriquecedoras o productivas.
  13. No cuido mi salud ni mi cuerpo, olvidando que es lo único que realmente me pertenece.

Y un bonus final... Me molesto y niego estos puntos cuando me veo reflejado/a en ellos.

Cambiar estos hábitos y comportamientos requiere tiempo y esfuerzo, pero las recompensas ciertamente valen la pena.

Todos caemos en alguno de estos comportamientos en mayor o menor grado, y es algo normal, pero ser conscientes de ello y tratar de inclinar la balanza hacia lo menor posible nos permite iniciar el camino hacia una vida más consciente y significativa.

Autor - Mauro Sicard
Autor
Autor
Mauro Sicard

CEO y Director Creativo de BRIX Agency. Mis principales intereses son la tecnología, la ciencia y la filosofía.

Más artículos

Ver más artículos